FALLO DEL JURADO DEL CERTAMEN LITERARIO 75 ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE FEDERICO GARCÍA LORCA CON MOTIVO DEL DÍA INTERNACIONAL DEL LIBRO: PRIMER CICLO: PREMIO POESÍA: “El camión lleva melocotón”. Moustapha. 1º A; “Por la noche como melón”. María del Carmen Cuesta Lara. 1ºA. PREMIO CUENTO: “Una princesa en el cole”. Brett. 2ºB. SEGUNDO CICLO: PREMIO POESÍA: “La primavera”. Alba María Aguilar Fernández. 3ºA; “Poemas” Antonio López Siles. 4ºA. Accésits:”Los inmigrantes” Yenaba García, 3ºA; “La Luna brilla en la primavera” Margarita García Cañete 3ºA; “En otoño se caen la hojas” Yeray Sody Gómez 4º C. PREMIO RELATO: “Lo más importante no es dinero” Adrián Jiménez Rodríguez 3ºA; “La ciudad de la fantasía” Álex Pérez Burgos, 3ºA. TERCER CICLO: PREMIO POESÍA: “Mis poesías” Ainoha Santos, 5ºA. Accésits: “El mundial” Iván Báez Caballero, 5ºB. PREMIO RELATO: “La casa encantada”, Daniel Martín García, 6ºA Accésits: “Mundos conectados Assiah y Gehena”, Nicolás Pérez Mota, 5ºC; “Defendiendo el colegio”, “Sueño” Sergio Ruiz Madueño, 6ºA; “La isla encantada”, Lidia María Bohórquez González, 6ºA.
CABALLO AZUL DE MI LOCURA
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Cabalga por ignotas tierras,
desbocado, colérico,
el caballo azul de mi locura
con un jinete que no soy yo
pero es igual a mí
ante el espejo.
Raudo, desatado,
furibundo,
rasga el himen
que deja atrás
la insípida cordura,
y se zambulle
en las oscuras
pero límpidas aguas
de la demencia
más libérrima y virginal.
Nadie nunca
Podrá frenar jamás
a ese caballo azul
que lleva, sonámbulo,
a un jinete
que se llama como yo
sin serlo
hacia la indómita
y ansiada aberración
de lo irreal,
de lo ilógico,
de lo transgresor.
(Poema basado en poeta en Nueva York de Lorca).
1. El lagarto está llorando (Lorca/Paco Ibáñez).
2. (Timbre)
3. Españolito (Machado/Serrat).
4. (Viento)
5. La paloma (Alberti/Serrat).
6. Romance de la luna luna (Lorca/Paco Ibáñez).
7. Mercan Dede.
8. Para la libertad (Hernández/Serrat).
9. Córdoba (Lorca/Ibáñez).
10. El crimen fue en Granada (Machado/Serrat).
11. Tristes guerras (Hernández/Paco Damas).
ANEXO A LA OBRA
RUISEÑOR: ¡Luna lunera, cascabelera!
LUNA: ¡Tengo sed de estrellas!
CHOPO: Hay tres clases de brisas: Brisa de primavera, muy frecuente en los mayos…
CHOPO GRANDE: Deja ya las ramas quietas.
RUISEÑOR: DOÑA LUNA, ¿ESTÁIS TRISTE, DOÑA LUNA LUNERA?
LUNA: Esta noche ha salido el caballero. Lleva ojos anegados de lirios.
RUISEÑOR: ¡Ya comprendo! ¡Verbena, jardín de Cartagena!
LUNA: Él le dirá: ¿qué queréis, rosa o clavel? Y ella elegirá el lucero de sus labios.
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ELENITA: Leñador del bosque, leñador, ¿de dónde vienes?
LEÑADOR: De cortar rayos de Luna.
ELENITA: ¿Y los robles frondosos?
LEÑADOR: Los disuelve la plata de miseñora.
ELENITA: Leñador del bosque, leñador, ¿qué cazaste?
LEÑADOR: Sombras de pájaros.
ELENITA: ¿Qué fue de los poetas ruiseñores?
LEÑADOR: Los disolvió la plata de mi señora.
ELENITA: Leñador del bosque, leñador, ¿quién eres?
LEÑADOR: El que vive en los ojos de la noche (yéndose).
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CARBONERITA: Me llaman Carbonerita porque vendo carbón. Mi padre lo hace en el monte y yo lo cargo luego en los burros de los arrieros.
Yo nunca tuve novio porque no me puedo quitar el carbón de la cara, ¿ves?
LA AURORA
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
Federico García Lorca, 1929-1930
CALOR-LORCA
LA OBRA DE TEATRO DEL COLEGIO ANDALUCÍA DE LA LÍNEA SOBRE EL 75 ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL POETA.
(Adaptación: César Alfonso Viñas).
(Hay una pantalla a la izquierda del escenario y se proyecta una parte de la serie Lorca, muerte de un poeta. Suena la canción El lagarto está llorando de Paco Ibáñez. Acto seguido sale Lorca a escena tras las cortinas con traje blanco y pajarita recitando).
LORCA:
Si muero
Dejad el balcón abierto
El niño come naranjas
(Desde mi balcón lo veo)
El segador siega el trigo
(Desde mi balcón lo siento)
Si muero
Dejad el balcón abierto.
(Sale Lorca y se abre el telón).
ACTO I
(LA VIUDITA- LA ESCUELA)
(Aparece una clase con una cortina de luceros y los niños jugando en el patio. La viudita está en la reja pasando el desayuno y chucherías a su hija).
CORO DE NIÑOS: (Cantado)
Estrella del prado,
al campo salir,
a coger flores
de mayo y abril.
VIUDITA:
Yo soy la viudita del conde Laurel,
que quiero casarme
y no tengo con quién.
CORO:
Y siendo tan bella
¿no tienes con quién?
Escoge a tu gusto
que aquí tienes cien.
VIUDITA:
Yo soy la viudita del conde Laurel,
que quiero casarme
y no tengo con quién.
(Toca el timbre, los niños se ponen en fila tras el maestro. Entran en el aula, se sientan).
Maestro.
¿Qué doncella se casa
con el viento?
Niño.
La doncella de todos
los deseos.
Maestro.
¿ Qué le regala
el viento?
Niño.
Remolinos de oro
y mapas superpuestos.
Maestro.
Ella ¿le ofrece algo?,
Niño.
Su corazón abierto.
Maestro.
Decid cómo se llama.
Niño.
Su nombre es un secreto.
(La ventana del colegio tiene
una cortina de luceros.)
ACTO II
(IMPRESIONES Y PAISAJES).
(Lorca está de viajes de estudios en Baeza y conoce a Antonio Machado en el aula donde imparte clases. En la clase hay un retrato de Alfonso XIII. Se abre el telón y aparece Antonio Machado).
PROFESOR: Don Antonio Machado. Es un placer conocerle en persona (dándole la mano).
Le presento a mis alumnos: Gómez Moya, Gómez Ortega, Luis Pascal, Castilla Rin, Federico García Lorca.
(Se van sentando todos).
ANTONIO MACHADO: Voy a recitar unos versos de mi último poemario, Campos de Castilla.
La España de charanga y pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y alma inquieta,
ha de tener su mármol y su día,
su infalible mañana y su poeta.
En vano ayer engendrará un mañana
vacío y por ventura pasajero.
Será un joven lechuzo y tarambana,
un sayón con hechuras de bolero,
a la moda de Francia realista
un poco al uso de París pagano
y al estilo de España especialista
en el vicio al alcance de la mano.
Esa España inferior que ora y bosteza,
vieja y tahúr, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embiste,
cuando se digna usar la cabeza,
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas tradiciones
y de sagradas formas y maneras; florecerán las barbas apostólicas,
y otras calvas en otras calaveras
brillarán, venerables y católicas.
(Aplauden todos y Federico queda seducido por los versos de Machado).
(Machado se levanta con un libro y mirando al público):
ANTONIO MACHADO: Voy a recitar unos versos que no son míos. Son de un poeta que nos dejó hace unos meses. Se llama Rubén Darío.
DICHOSO el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque ésa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
¡Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos
y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...
(Lorca, que es pianista, aplaude entusiasmado, pues a partir de este momento queda atrapado por la poesía).
ACTO III
La Carbonerita
(Se abre el telón, aparece la Carbonerita en su casa sentada junto a una chimenea. Fuera está nevando y se escucha como aúlla el viento).
(Aparece un niño/a y dice al público): Hace mucho tiempo, mi abuela me contaba la historia
de una niña que se fue a través de la nieve con una llama en las manos y que se encontró con unas gallinas. Mi abuelita ahora está en su casa de la gloria, calentándose las manos frías, frías… (el niño/a sale).
(Fuertes golpes en la puerta).
CARBONERITA: ¿Quién es?
AMIGAS: Somos nosotras, abre.
CARBONERITA: (Abriendo). ¡Oh, mis amigas, mis amigas! (Se abrazan).
LA NIÑA MORENA: No te alegres tanto, Carbonerita, nos vamos a ir enseguida.
LA NIÑA DE LOS OJOS CHICOS: Solamente venimos a contemplar el campo nevado; desde nuestras casas no se ve.
LA NIÑA CIEGA: También por estar un rato contigo.
CARBONERITA (Abrazándola): Tú no puedes ver la nieve.
LA NIÑA CIEGA: Pero la siento en los pies, en la cara y por dentro de los ojos.
LA NIÑA MORENA: Me apetece ir al bosque.
LA NIÑA CIEGA: ¿Al bosque? ¡Eso nunca!
CARBONERITA: ¿Por qué?
LA NIÑA CIEGA: ¿No oíste al leñador Antón?
LA NIÑA DE LOS OJOS CHICOS: El leñador Antón está loco. Figúrate que venía corriendo delante de nosotras y nos gritaba: ¡Esperad un poco, deteneos muchachas mías, quitadme esta estrella que me cayó en la barba, me estoy quemando!
(La niñas ríen).
LA NIÑA CIEGA: No, no; yo no me río. Él me contó ayer que vio el bosque lleno de luces verdes y de personas blancas que iban y venían, que iban y venían.
(Se escucha el viento).
LA NIÑA MORENA: Serían las sombras de los árboles.
LA NIÑA CIEGA: Las sombras de los árboles no hablan.
CARBONERITA: (Asustada): Las sombras de los árbo…….¡Ay, yo tengo mucho miedo!
LA NIÑA CIEGA: ¿Miedo de qué?
CARBONERITA: De eso… de los esqueletos, de esas personas.
LA NIÑA MORENA: ¡Bah!... Yo creo que debemos hablar de novios. A mí me gusta mucho, y además se nos pasará el miedo que tenemos.
CARBONERITA: ¿De novios?
(La puerta se abre de pronto y las niñas gritan).
Es mi padre y el leñador Antón.
PADRE: ¿Os habéis asustado? Eso está mal. Somos nosotros.
CARBONERITA: No, si….nosotras….
(Hace pucheros).
PADRE: Trabajo me costó quitarte de la barba la endiablada estrella Antón.
LEÑADOR ANTÓN: Esto es desesperante. No hay estrella caída del cielo que no me toque a mí. He soportado más de trescientas. Esto me parece abusivo. Excesivamente abusivo.
PADRE: No te indignes, buen Antón; mucho peor sería que los pájaros se posaran en tu barba como se posan en la mía. En cuanto me echo a dormir, plaf, ya tengo diez o doce encima, hasta en los labios. El otro día un cuervo se me posó…por cierto que hizo algo nada decoroso…
(La niñas se ríen).
LEÑADOR ANTÓN: Sí, pero las estrellas hacen cada cardenal…
LA NIÑA MORENA:¡¿Hablan ustedes en serio?!... ¡Las estrellas no se caen!
LEÑADOR ANTÓN: ¡Eres tan inocente! Las estrellas se caen desilusionadas. Las estrellas viven con nuestros sueños, se mantienen con las miradas de las niñas buenas, con el canto de las niñas buenas.
NIÑAS: Somos demasiado pobres para tal sueño.
ACTO IV:
(TEATRO DE ANIMALES)
(Se abre el telón, aparece un bosque. Suena el lago de los cisnes. Aparece la paloma volando).
PALOMA: ¡La mañana está hermosísima! Qué sendero tan tranquilo. Se diría que la tierra no está habitada más que por palomas. ¡Y luego este sol! Este sol tan tibio y tan agradable; así da gusto volar.
TERNERA: Buenos días palomita, ¿estás tomando el sol?
PALOMA: Así parece, ternerita, sin el sol no viviríamos las palomas.
TERNERA: Ni nadie.
PALOMA: El sol es la causa de que todo fructifique. Entre los hombres hay algunos que tiene la preciosa facultad de adivinar el alma de las cosas. Se llaman artistas. Algunos han sido amigos míos… como Rafael Alberti…
TERNERA: Perdona, ¿y eso que tiene que ver con lo que estamos hablando?
PALOMA: Mucho, lo mismo que los artistas interpretan el cielo azul nosotras las palomas adivinamos el alma del sol, sentimos más que nadie su caricia de oro.
TERNERA: Tú eres un alma de poeta. Yo he tenido que escapar de la terrible gula de los hombres. No sé adivinar como tú los secretos del sol.
PALOMA: Vamos, no llores de esa manera. Mira la senda y el cielo y los árboles, ¡qué paz intensa respiran! Se impone el ser feliz. La vida es hermosa.
TERNERA: A pensar aprendí a fuerza de sufrir.
PALOMA: Hay que tranquilizarse, aún puedes ser feliz.
TERNERA: Ya casi es imposible.
PALOMA: ¡Qué hermosura de sol! ¡Para mí se hizo la luz! La luz es mi vida.
ACTO V:
DIOS, EL LEÓN Y EL HOMBRE.
(Aparece un cielo lleno de estrellas).
DIOS: ¡Qué cansado estoy!
LEÓN: Y como no, si os habéis tragado cuatro estrellas con gente y todo.
DIOS: Estoy haciendo una mala digestión. ¿Le has dado cuerda al cielo?
LEÓN: Sí ya tiene para mil siglos.
DIOS: ¡Mi última caja de juguetes! ¡Cuánto nos hemos divertido haciéndolos! Pero aquí estorban. ¡Son tan feos! ¡Tú eres más hermoso!
LEÓN: ¡Señor!
DIOS: ¿Qué quieres?
LEÓN: ¿Me dais permiso para jugar con esos juguetes?
DIOS: Juega, yo voy seguir durmiendo…Quita aquella estrellas, que su luz me da en los ojos.
LEÓN: Está bien Señor.
DIOS: Ajajá… Qué a gusto estoy ya. Si ocurre algo importante avísame.
LEÓN: Son graciosos estos juguetes. Voy a darle cuerda a éste. Seguramente me divertiré.
HOMBRE: ¿Quién eres? Yo soy un hombre.
LEÓN: ¡Qué gracia! Habla… Le picharé para hacerlo gritar.
HOMBRE: Yo soy un hombre. Soy el centro del Universo.
LEÓN: ¡Qué tonto eres! Mi amo te dio esta forma para divertirse. En verdad que eres extraño y gracioso. Hemos hecho muchos muñecos como tú antes de llegar a ti y has resultado el más feo… y el más pretencioso…¡Fuera de aquí!
DIOS: (Roncando).
VOZ A LO LEJOS: ¡La música de las estrellas!
ACTO VI:
(POETA EN NUEVA YORK).
Sale Lorca, recita versos de poeta en Nueva York y cuenta su trabajo en La Barraca como funcionario del Gobierno.
ACT VII:
(En este acto entrarán en escena Lorca y dos guardia civiles).
(TRISTES GUERRAS).
( Tras una colina aparece una banderita tricolor. Se escucha el himno de Riego. Sale una bandera rojigualda y aporrea a la tricolor. Se escucha el himno monárquico).
Aparece Lorca. Pone cara de que le están persiguiendo. Sale Lorca corriendo pero la guardia civil lo coge preso.
Aparece Pedro Garfías y recita su elegía a Lorca:
PEDRO GARFÍAS:
También yo quiero hablarte, Federico,
con esta ruda voz que ahora me brota
del mar de mi garganta.
-El crimen fue en Granada-
dijo el maestro Antonio.
Y yo digo:En Granada fue la aurora
decidida del mundo.
Aquella madrugada
sintió el fascismo resbalar los secos
gusanos por su entraña.
Muerta estaba la noche, petrificada, lívida;
muerta la aurora, igual que un agua presa;
muerta la luz, en su ataúd de sombras;
y muertos te mataron a ti, que eras la vida
y la espiga y el árbol y la yerba y la rosa.
Viviste plenamente tu vida de poeta,
de poeta del pueblo,
y has muerto exactamente a la hora justa,
cuando tu muerte es vida para el pueblo.
Yo te digo, Federico, hermano,
que aguardas desvelado
con el oído atento, bajo la tierra pálida,
el disparo de luz de la victoria:
descansa en buena hora.
Cada obrero español, cada soldado
tiene ya abierto, por sus propias manos,
su agujero en la tierra, que es trincheras o es fosa.
(Suena la Elegía de Antonio Machado y en cuanto comienza a cantar el grupo Jarcha salen todos los actores a escena cantando y bailando, interpretando la canción).
(Se cierra el telón.)
(Se abre y van saliendo los actores en pequeños grupos saludando al público. Suena de fondo el tema de Paco Damas “Tristes guerras” sobre el poema de Miguel Hernández.)
EL SEÑOR DE LAS MOSCAS
Por Mauricio, 6ºB
Un conjunto de de niños llegaba a una Isla desierta en una balsa.
Unos de los niños decide buscar agua y después de varios minutos lo encuentra. Todos los niños deciden elegir un líder y todos eligen a uno y se ponen de acuerdo. Todos se dirigen a la zona mas alta de la isla y deciden encender una hoguera buscan leña y necesitan algo para encender el fuego con el sol y cogen las gafas de Porki. Luego el fuego se expande por la yerba seca , consigue apagarlo después de varios minutos . Después Porki encuentra el mar un ermitaño con el ermitaño en la mano pueden hablar los niños o para avisar de algo, después el capitán de los niños decide que entre todos se repartan las tareas , como , pescar , cazar, buscar comida etc.
Y unos de los niños se acuerda de su serie preferida y dice ha ora mismo estaría dando Alf. Al a noche ser van a mirar como estará su capitán del barco y cuando se acercarán ven que no esta , Deciden ir a buscarlo por la isla pero al día siguiente porque como era de noche no se querían arriesgar. Van a buscar al capitán por la mañana después de varias oras buscando lo dan por muerto. Luego van de caza buscan y buscan y ven a un cerdo intentan atraparlo y no lo consiguen , a la noche viene una tormenta muy fuerte se ponen todos en sus cabañas o refugios , pero la tormenta arrasa todos los arboles que había por la zona. Al día siguiente uno no no quiere seguir asiendo caso al capitán que eligieron y decide hacer su propio grupo de cazadores pintados con lanzas. Hacen una fiesta y encienden una hoguera y bailan al rededor del fuego. Al día siguiente van de caza y ven por segunda vez al cerdo y se lanzan contra el cerdo y no consiguen atraparlo , y uno se separa y sigue buscando ve una cueva y decide entrar a ver que hay y oye un ruido y sale corriendo a avisar
a los de más y se lo dice y no se lo creen van a mirar por segunda vez y oyen lo mismo y salen corriendo. Porki pregunta al capitán de los buenos ¿Algún día nos rescataran ?Le dice si tú solo ten fe. El grupo de cazadores van de caza y vuelbén a ver al cedo y por tercera ve lo consiguen cazar le cortan la cabeza y lo ponen en un palo para el monstruo de ofrenda . Y montan una fiesta por cazar al cerdo u bailan y uno del grupo anterior va a la cueva con algo brillando y ve al capitán del barco y sale huyendo a buscar a los de más con eso brillante en la mano y cuando lo ven como es de noche piensan que es el monstruo y lo atascarán con la lanza y era el niño para decir a todo el mundo que no era un monstruo era el capitán .
DESPEDIDA
Si muero,
dejad el balcón abierto.
El niño come naranjas.
(Desde mi balcón lo veo).
El segador siega el trigo.
(Desde mi balcón lo siento).
¡Si muero,
dejad el balcón abierto!
Federico García Lorca
Debajo de las multiplicaciones
hay una gota de sangre de pato.
Debajo de las divisiones
hay una gota de sangre de marinero.
Debajo de las sumas, un río de sangre tierna.
Un río que viene cantando
por los dormitorios de los arrabales,
y es plata, cemento o brisa
en el alba mentida de New York.
Existen las montañas, lo sé.
Y los anteojos para la sabiduría,
Lo sé. Pero yo no he venido a ver el cielo.
Yo he venido para ver la turbia sangre,
la sangre que lleva las máquinas a las cataratas
y el espíritu a la lengua de la cobra.
Todos los días se matan en New York
cuatro millones de patos,
cinco millones de cerdos,
dos mil palomas para el gusto de los agonizantes,
un millón de vacas,
un millón de corderos
y dos millones de gallos
que dejan los cielos hechos añicos.
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